27 mayo 2008

Hombre 2 - Máquinas 0

Los amantes de la cinegética afirman que el acto de cazar va mucho más allá que matar animales. Es algo así como una vuelta a lo primitivo, a la lucha por la supervivencia entre dos criaturas, donde afloran los instintos más primarios (claro que sería una lucha mucho menos desigual si no portaran infinidad de armas diferentes, perros de presa,...)

Sin haber cazado nunca, si os puedo asegurar haber tenido esa sensación (la de los hombres prehistóricos, no la de los cazadores de ahora): enfrentarte a un enemigo infinitamente superior a tí tanto en fuerza como en recursos, adaptado al medio, conocedor de tu miedo y de su superioridad...y a pesar de todo, SALIR VICTORIOSO.

Y fue tal la sensación de victoria, de superación de tus límites que en cuanto tuve la oportunidad, aun arriesgándome al fracaso, volví a repetir.

Con nocturnidad y premeditación, aproveché cuando todo estaba en calma, aunque se de sobra que mi enemigo nunca duerme. Organicé mi arsenal y dispuse mi armamento: una silla cómoda (dispuesta para aguantar horas), un USB formateado y listo para usarse, y un portátil que ya había vuelto del lado oscuro. Y en esa situación hallábame yo cuando el enemigo se hizo de cuerpo presente. Allí estaba, ¡ese maldito windows vista en mi nuevo y flamante ordenador de sobremesa!

Con paciencia y siguiendo los pasos fui poco a poco atacando al enemigo. Primero formateo, desinstalo e intento meter el XP. El enemigo responde con una maniobra evasiva y de repente no reconoce el disco duro... Entro en la configuración, cambio a formato IDE y listo. De momento el hombre ha ganado esta primera batalla. Tras un par de fallos con las particiones, por fin todo parece marchar bien y consigo instalar el nuevo sistema operativo. Pero aquí es donde Vista descargó toda su ira contra mi. Conforme enciendes el ordeandor: ¡no puedes hacer nada! Todo está bloqueado, no funciona la gráfica, el sonido, el rendimiento de la placa base es precario, no reconoce los puertos externos y no funciona internet!!!!

Ahí estaba yo, bien entrada la madrugada, cual Neo en su lucha contra las máquinas, con un ordenador que no dejaba hacer nada y al que no podías meterle ningún tipo de información externa. Y aunque me dejara meterle información, no habría podido hacer nada porque para este modelo tan moderno no existen drivers ni en la página oficial del proveedor (maldita exclusividad para vista...! Suerte que al fin y al cabo el enemigo está hecho de componentes diferentes, cada uno con su fabricante. Uno por uno fui derribando las barreras: la placa, el sonido... Hasta que por fin conseguí la salvación, la puerta al mundo real: INTERNET.

Una vez con la red de redes en el equipo, todo fue coser y cantar, gracias sobre todo a un aliado que me ayudó en la batalla.

Al final, a eso de las 5:00 am el enemigo se rindió y aceptó su derrota en esta batalla (segunda en pocos meses) Pero que no se descuide que a la guerra le quedan muy pocas y de momento el marcador va 2-0 a favor de los humanos.

Mientras tanto, esperaré las coordenadas del Dr. HibberHouse para saber dónde y cuando será la batalla definitiva. Vista, no te relajes, estaré ahí cuando menos te los esperes.

19 mayo 2008

Venderse o Morir

Más de una vez he defendido la postura de que uno es fiel a sus principios hasta que se encuentra cara a cara con ellos. Entonces se nos olvida aquello en lo que creemos para hacer aquello que más nos beneficia.

Seguro que, cual caballero andante de reluciente armadura, estarías dispuesto a defender a una damisela en apuros. Pero si paseando por la calle a la 1 de la madrugada ves como delante tuya están atracando a una señora, o quitándole la paga a unos chiquillos, te falta tiempo para cambiar de acera y seguir tu paseo con la cabeza gacha para no llamar demasiado la atención. Y no hay que ser tan extremos. A todos nosotros nos parece deleznable la actitud de personajes y cargos públicos que aprovechan su posición para sacar tajada, pero a la mínima que podemos pagar una factura sin IVA...

Algo parecido a esto le ha sucedido a Televisión Española. Cuando Rodolfo Chiquilicuatre ganó el concurso para participar en Eurovisión, muchos (incluso en directo) se llevaron las manos a la cabeza. Me acuerdo de Uribarri diciendo que esto tenía que ser una broma, o de las caras de asombro de otros eurovisivos que pasaron con más pena que gloria por el festival.

TVE se encontraba así con un concurso que pierde prestigio (y audiencia) año a año y con un participante español digno de concursar en El Semáforo. Pero la desgracia incial ha dejado paso a la sorpresa en primer lugar, por ver cómo el festival está teniendo una repercusión mediática que no alcanzaba desde la gran, en todos los sentidos, Rosa; y a los "ojitos de dolar" en segundo, mandando a Rodolfo a cualquier programa/acto (el fin de semana pasado lo vi de comentarista deportivo en Club de Fútbol) para sacar el mayor redimiento a cualquier $ituación.

Al final todo pasa por venderse o morir y TVE ya ha elegido.

De todas formas es lo que nos merecemos. El problema es nuestro, de la sociedad que demanda a estos "mediocres" para su disfrute.

14 mayo 2008

GUÍA INCISOS. CINE: Speed Racer


"No importa si no se pueden cambiar las carreras, lo importante es que las carreras no te cambien a ti"


Salí del cine directo al parking con ruido de aceleración en mi cabeza. Abrí el coche, subí y me abroché el cinturón, agarré el volante con las dos manos, pisé el pedal mientras engranaba la marcha sin separar la vista del frente y... tuvo que no pasar nada para darme cuenta que la película ya había terminado, que mi coche no llevaba un transpondedor de fluzo de Bernuilli y que por más que pulsara el botón "a" no activaría la turbopropulsión, como mucho, conectaría el aire acondicionado.

Una vez de vuelta a la realidad comprobé como los Wachoski han demostrado con esta película (al igual que pasó con The Matrix) que es posible seguir avanzando en las técnicas cinematográficas, y que las mismas historias se pueden representar de diferentes maneras totalmente novedosas.

Si nos ceñimos a la película como divertimento, hay que hacer una advertencia antes de continuar leyendo:

Si nunca te has acomodado en un sillón con los brazos extendidos como sujetando un volante y haciendo este ruidito; si jamás has disputado una carrera con cochecitos de juguete en la que mientras se suceden derrapes, curvas imposibles y saltos mortales entre la cama, el suelo y la mesa de tu habitación, los coches se golpean unos a otros sufriendo terribles accidentes barranco abajo; si jamás has pensado que abrirle las puertas a un cochecito era motivo suficiente para que éste pudiera volar... no creo que la película os guste mucho. Mejor dicho, no creo que sepáis o podáis disfrutarla en todo su esplendor. Hay que conservar todavía parte de la mente de un niño de 10 años para poder verla y disfrutarla sin complejos. Aquellos que esperen una película profunda con hisotira enrevesada y giro argumental final, mejor que no se gasten su dinero. La película es un cuento (recordad que no deja de venir de unos dibujos animados) con su moraleja final de: los tramposos siempre pierden. Cierto es que puedes ver un mensaje más profundo en: la industria cinematográfica es un negocio, donde todos se venden, menos nosotros: los Wachoski, que a pesar de que estamos dentro del juego, hacemos lo que queremos y triunfamos (aunque entonces no estaríamos pensando como un niño de 10 años) Si no la entiendes así, acabarás deseperado, viendo una película infantil llena de tópicos previsibles y diálogos absurdos. En caso contrario: enhorabuena, habrás visto una película excepcional, tanto en la historia como en la forma de contarla.

Analizandola estéticamente te das cuenta que la película es maravillosa. No puedes clasificarla en una sola categoría. No se puede afirmar que visualmente responda a los cánones estéticos del comic, aunque los tenga. Ni que lleve la firma de una serie anime (de donde procede) como puede pasar con algunos relatos de animatrix. Speed Racer tiene un poco de cada pero no todo de algo. Puede parecer que estés leyendo un comic, jugando a un videojuego, viendo dibujos animados o una película del Hollywood clásico con su chica bien y su apuesto galán. La estética retro-futurista de los personajes y los decorados hipercoloristas (que nos retrotrae al universo Burton) tampoco sabrá explicarnos si estamos viendo una película de los "futuros" años 1970 o del 2084. Los efectos visuales son excepcioanles. Aunque pueda parecer excesivo tanto colorín y neón, os aseguro que no cansa. Todo lo contrario, estás deseando que llegue la próxima carrera para ver el más dificil todavía de los Wachoski.

Por último debo hacer un inciso en favor del responsable de casting. Acertadísima elección, no hay más que ver los personajes antiguos de la serie de dibujos y los elegidos para la película para ver la gran labor realizada, amen de ser un reparto excepcional (Goodman, Ricci, Sarandon, Fox...)

Recomendación de Incisos: ve a verla sin complejos. No te arrepentirás


 
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